lunes, 28 de mayo de 2012


Los padres en el proceso de formación de la personalidad (Parte 2)
Es la tónica general rehusar posibles ayudas externas que se nos ofrecen desde fuera de la familia. Muchos padres opinan que son ellos quienes tienen que resolver sus propios problemas, o son incapaces de admitir que los tienen, por miedo a que les califiquen de “malos” padres. Si bien es cierto que la situación conflictiva familiar sólo puede resolverse en la medida en que los miembros pongan de su parte, tenemos que convencernos de que ese esfuerzo será menor y más efectivo si está dirigido por un profesional. Tenemos nuestras propias limitaciones admitiendo que podemos necesitar ayuda externa o que al menos esta puede complementar nuestra formación.
Realizar algunos cursos en la escuela de padres puede ayudarnos a resolver muchas dudas, a percibir claramente los cambios evolutivos de nuestros hijos y así poder orientarles a partir de ese conocimiento.
Los padres y los educadores debemos ser necesariamente personas de esperanza. Nuestra tarea es sembrar con amor y confianza, desde la ciencia, pero sobre todo saber esperar a que, poco a poco, aparezcan los frutos de esa siembra educativa.(Extracto del libro "Educar hoy", Bernabé Tierno, Ed. Planeta Deagostini, Barcelona 1995)

miércoles, 9 de mayo de 2012


Los padres en el proceso de formación de la personalidad (Parte 1)
La meta de la educación no es hacer, sino despertar personas. Por definición, una persona se suscita por invocación, no se fabrica por domesticación (M. Mounier).
Hoy dia educar es una tarea difícil, ardua e ingrata, al menos esto parece que se respira en el ambiente y así lo manifiestan en sus quejas miles de padres desorientados que no saben cómo encauzar las, a veces, descontroladas e irresponsables actitudes de sus hijos. En esta atmosfera es frecuente escuchar expresiones como las siguientes: “No logro hacer carrera de mis hijos”, “parece que están esperando a que diga algo para hacer lo contrario”…Pero si hay algo que tenemos que dejar claro desde el primer momento es la necesidad de reconocer nuestra capacidad de educadores y no dejar que el desaliento o la desesperanza nos dominen.
Contar con la ayuda necesaria
Todos los profesionales de la educación somos conscientes de que los padres de hoy necesitan una buena capacitación como educadores.
En este proceso educativo se ha hecho necesario el dominio de técnicas psicológicas que permitan salir airosos en situaciones verdaderamente comprometidas y la ayuda directa del experto, al que se debe acudir siempre que sea necesario. En este sentido podemos distinguir tres niveles en la orientación familiar.
Nivel educativo: En este ámbito nos encontramos con las escuelas de padres. Se trata de analizar bajo una perspectiva educativa todas aquellas situaciones que pueden vivirse en la familia y que responden a un esquema de crecimiento normal. Mediante una serie de conferencias y exposiciones, los padres aprendemos las pautas de crecimiento de nuestros hijos como personas y como miembros de la familia, con el fin de encauzar estos cambios y saber actuar en las distintas situaciones;
Nivel de asesoramiento-orientación: Ante un proceso específico necesitamos soluciones concretas. Así podemos consultar a un profesor o a cualquier otro especialista sobre la forma de resolver un conflicto en la escuela, cómo ayudar a nuestro hijo a leer mejor o a relacionarse con sus compañeros.
Nivel terapéutico: Cuando la situación resulta más compleja y necesita instrumentos más complejos para resolverse, tenemos que recurrir a otros especialistas en intervención familiar que nos ayuden a solucionar el problema.(Extracto del libro "Educar hoy", Bernabé Tierno, Ed. Planeta Deagostini, Barcelona 1995)