Los padres en el proceso de
formación de la personalidad (Parte 1)
La meta de la educación no es hacer, sino
despertar personas. Por definición, una persona se suscita por invocación, no se
fabrica por domesticación (M. Mounier).
Hoy dia
educar es una tarea difícil, ardua e ingrata, al menos esto parece que se
respira en el ambiente y así lo manifiestan en sus quejas miles de padres
desorientados que no saben cómo encauzar las, a veces, descontroladas e
irresponsables actitudes de sus hijos. En esta atmosfera es frecuente escuchar
expresiones como las siguientes: “No logro hacer carrera de mis hijos”, “parece
que están esperando a que diga algo para hacer lo contrario”…Pero si hay algo
que tenemos que dejar claro desde el primer momento es la necesidad de
reconocer nuestra capacidad de educadores y no dejar que el desaliento o la
desesperanza nos dominen.
Contar con
la ayuda necesaria
Todos los profesionales de la educación somos
conscientes de que los padres de hoy necesitan una buena capacitación como
educadores.
En este
proceso educativo se ha hecho necesario el dominio de técnicas psicológicas que
permitan salir airosos en situaciones verdaderamente comprometidas y la ayuda
directa del experto, al que se debe acudir siempre que sea necesario. En este
sentido podemos distinguir tres niveles en la orientación familiar.
Nivel
educativo: En este ámbito nos encontramos con las escuelas de padres. Se trata
de analizar bajo una perspectiva educativa todas aquellas situaciones que
pueden vivirse en la familia y que responden a un esquema de crecimiento
normal. Mediante una serie de conferencias y exposiciones, los padres
aprendemos las pautas de crecimiento de nuestros hijos como personas y como
miembros de la familia, con el fin de encauzar estos cambios y saber actuar en
las distintas situaciones;
Nivel de
asesoramiento-orientación: Ante un proceso específico necesitamos soluciones
concretas. Así podemos consultar a un profesor o a cualquier otro especialista
sobre la forma de resolver un conflicto en la escuela, cómo ayudar a nuestro
hijo a leer mejor o a relacionarse con sus compañeros.
Nivel
terapéutico: Cuando la situación resulta más compleja y necesita instrumentos
más complejos para resolverse, tenemos que recurrir a otros especialistas en intervención
familiar que nos ayuden a solucionar el problema.(Extracto del libro "Educar hoy", Bernabé Tierno, Ed. Planeta Deagostini, Barcelona 1995)
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