Los Padres somos sin duda los protagonistas en la educación de nuestros hijos. Por eso y frente a una realidad que, como decíamos la semana pasada, bombardea a nuestros hijos con incesantes estímulos, reclamos afectivos, manipulaciones, etc. nosotros como padres debemos estar muy atentos en el caminar de los nuestros. Y no solo estar atentos, también acompañar bien de cerca su proceso. Es cierto que la realidad que nosotros vivimos hace unos años no es la misma que viven hoy los jóvenes. Por eso, y porque nosotros ya tenemos un poco mas de experiencia, es que tenemos que acercarnos a ellos, a su realidad y tenderles una mano fuerte, segura, donde puedan descansar, reposar y agarrarse, sobre todo en momentos difíciles. Esto importante y hermoso y sino lo hacemos habremos perdido una gran riqueza del ser padres. Los nuevos tiempos, los nuevos problemas, están exigiendo cambios educativos que hagan posible una relación abierta y constante entre padres e hijos, educadores y educandos, y que entre todos acabemos de una vez con la habitual queja de tantos jóvenes: "Yo paso de mis padres por que nunca me han entendido". Por lo tanto es de suma importancia la presencia y cercanía de los padres en conexión con la educación que le brinda el centro educativo a nuestros hijos.